En términos históricos, la industrialización es un proceso en el que el sector industrial se vuelve dominante en una economía a través de la sustitución de procesos y técnicas artesanales, principalmente orientadas al aumento de la productividad y la consecuente generación de riqueza. Esta producción serial, mecánica y estandarizada genera profundos cambios no solo en las formas de vida y las relaciones sociales, sino también, y principalmente, implica un cambio enorme en el paisaje urbano.
La proliferación de nuevas estructuras, que durante siglos significó la materialización del propio progreso, se manifestó en diferentes escalas y ritmos entre países. Son trazos arquitectónicos donde la forma sigue estrictamente su función, creando patrones y repeticiones, al igual que el proceso que albergan. Estas fábricas se caracterizan por ser un artefacto moderno que expresa este período a través de la mecanización y la industrialización. Sus proyectos, a su vez, se crean con el fin de abordar ciertos impasses técnicos, pero que también se han traducido en avances constructivos en los cálculos estructurales en el uso de materiales específicos, como el concreto y el acero, además de la estandarización y racionalización de la construcción, aplicada en el futuro también en otras tipologías.
Desde mediados del siglo XVIII, en la revolución industrial, vivimos con los paisajes industriales como parte del escenario urbano. A continuación, seleccionamos imágenes aéreas de infraestructuras industriales a diferentes escalas y países, demostrando su extrañeza, desajuste y, en ocasiones, belleza en medio de la complejidad.